Una entrevista de salida es una conversación que se tiene con un colaborador justo antes de dejar la organización, dando la oportunidad para averiguar cómo ha sido su experiencia a lo largo del trabajo y así reunir información que puede ser útil a futuro para entregar una mejor experiencia a los colaboradores y lograr mayor retención.
Ayudan a mejorar la experiencia de los colaboradores y a construir una marca y una reputación positiva, permitiendo atraer y retener a los mejores talentos a su empresa.
Ofrecen una perspectiva subjetiva sobre la organización y el grado de satisfacción de sus empleados, lo que tiene impacto directo en la satisfacción, la motivación y la productividad de los equipos.
Mejoran sus estrategias empresariales generales, especialmente las relacionadas con la contratación, la formación y el desarrollo de los empleados.
Dejan una impresión positiva en los empleados que dejan la organización, dejando la puerta abierta para que puedan volver en el futuro.
Podrían revelar un problema relacionado con la estructura, estilo de liderazgo o cultura organizacional.
Identificar qué áreas de la organización pueden mejorar la experiencia de trabajo.
Crear una impresión final positiva de la organización, para que el colaborador se vaya contento y así lograr una mejor reputación.
Abordar problemas específicos y animar a los empleados a no marcharse (a aquellos que solo han presentado un preaviso).
Averiguar todo lo posible sobre la impresión que tienen los empleados de la organización y por qué se van. Este punto es muy importante, considerando la gran tasa de rotación laboral que hay.
Lo primero es crear una política o estructura definida de la entrevista, osea, crear procedimientos claros y diseñar una plantilla con todas las preguntas clave.
Es importante realizar esta entrevista a todos los empleados que se vayan voluntariamente… ya que aunque tengan comentarios negativos, estos también son muy valiosos para ejecutar cambios.
También es importante que no sea muy formal y le asegure que toda respuesta será confidencial, así el colaborador se siente cómodo para dar una opinión sincera.
Si bien debes ir con tus preguntas listas, asegúrate de que sea el colaborador quien hable y se exprese, no tú.
Está comprobado que las entrevistas de salida funcionan mejor cuando las realiza un tercero neutral y no el jefe directo, por eso suele hacerlo el área de Recursos Humanos.
También se podría contratar a un tercero para que el proceso sea más objetivo, sin embargo, conlleva un costo extra.
En general, teniendo en cuenta todo lo anterior, alguien del departamento de RRHH suele ser la mejor persona para realizar una entrevista de salida, ya que se consigue un equilibrio entre neutralidad y control, de modo que se puedan formular las preguntas adecuadas y que el empleado se sienta cómodo y pueda ser sincero sobre su experiencia como empleador.
Primero, informa al colaborador con anticipación de que vas a realizar esta entrevista, programando una hora y día y dándoles una breve descripción de lo que quieres conversar y cuales son los objetivos.
En segundo lugar, preocúpate de decirles que es una conversación abierta y confidencial, para que sientan la tranquilidad de dar todos sus comentarios sin repercusiones negativas.
Por último, la entrevista debe ser en un terreno neutral… Una sala de reuniones alejada del departamento del colaborador, para que no se sienta presionado ni controlado.
Las mejores preguntas y respuestas deben ayudar a determinar por qué un empleado se marcha, qué áreas de su experiencia como empleado son positivas y qué aspectos debe mejorar.
Las preguntas deben estar estructuradas de forma que animen al entrevistado a ser sincero y abierto, sin temor a recriminaciones.
Asegúrese de planificar las preguntas de la entrevista de salida con antelación para poder cubrir todas las áreas clave durante la reunión, diseñando una plantilla de entrevista, especialmente si varias personas de su departamento van a realizar entrevistas de salida.
Si no tienes idea como empezar, te dejamos algunas preguntas que creemos, deberías hacer:
Una vez terminadas las preguntas, pregúntale al empleado si tiene alguna duda o algún otro comentario… Una conversación abierta puede ayudarte a identificar algo que se pasó por alto.
¡Que no quede en la entrevista! Saca conclusiones de las respuestas y habla con los encargados para armar un plan de acción y así poder mejorar el entorno laboral.
Realiza revisiones constantes de entrevistas pasadas, en búsqueda de algún patrón… si muchos empleados se quejan de un mal liderazgo, podrían considerar entregar un curso de formación y capacitación de líderes por ejemplo.
Utiliza el feedback como beneficio para la organización y aplica todas las medidas que sean posible.
Confundir la entrevista de salida: Esto no es una charla informal ni una reunión de despido.
Involucrar a los jefes de departamento: Los empleados necesitan sentir que están en un espacio seguro donde pueden ser abiertos y honestos sobre su tiempo en su organización y con el jefe presente, es posible que no pase.
Hacer preguntas específicas sobre personas o temas.
No tomar en serio comentarios relacionadss con acoso o discriminación.
Olvidar que el empleado es el principal objetivo de estas entrevistas: Hay que dejar que el empleado guíe la conversación para que mencione todo.
Sólo realiza entrevistas de salida a los empleados que hayan presentado voluntariamente su renuncia.
Realiza entrevistas a todos los empleados que renuncien, no sólo a los que llevan mucho tiempo en la empresa.
Explica que, aunque las entrevistas no son obligatorias, se les recomienda en beneficio de ambas partes.
Haz hincapié en la confidencialidad de las respuestas para que entiendan que pueden ser honestos.
Investiga cualquier informe de comportamiento delictivo, acoso sexual o reclamaciones de discriminación.
Selecciona un entrevistador con experiencia, una buena capacidad de comunicación y de escucha.
Diseña plantillas con todas las preguntas de la entrevista.
Analiza todos los comentarios y aplica medidas posibles.
Y por último, pero no menos importante, no esperes a la entrevista de salida para preguntar a los empleados cómo se sienten trabajando para la organización.
Hagan encuestas de satisfacción con regularidad y realicen charlas individuales con regularidad. De este modo, podrá trabajar en la mejora de las relaciones antes de que un empleado tome la decisión de abandonar su organización.
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