Si bien la temporada de verano puede ser de relajo para los que al fin se toman vacaciones, la realidad para los que se quedan en la oficina es un poco diferente. Aunque en algunos rubros puede ser una temporada más lenta o “baja”, a eso siempre se le debe sumar que en la oficina hay menos gente pero una cantidad de trabajo no tan menor. Entre esas bajas veraniegas, usualmente se encontrarán también uno que otro supervisor, jefe o gerente en días de descanso.
Lo anterior significa que hay alguien (posiblemente tú, que lees esto en busca de guía), que estará a cargo de reemplazar al jefe hasta que vuelva y que tendrá que tomar decisiones a las que nunca antes se ha visto enfrentado/a.
Que no te de miedo, en muchos casos, este momento puede ser una oportunidad para brillar, e incluso si no fuese así, es un momento de aprendizaje que te puede mostrar si tienes pasta de gerente o, aún más importante, si te gustaría llegar a tener una jefatura en algún momento.
Desde Talana te dejamos 7 tips que pueden ayudarte a vivir esta experiencia de la mejor manera.
Para que no haya confusiones, especialmente en la jerarquía de comando y en quién toma qué decisiones, es importante discutir con tu jefe qué cosas quedarán bajo tu mando. Es importante que tengas muy claro cuál será tu rol y que nunca escojas tomar decisiones por iniciativa propia durante el reemplazo si no fue acordado así.
Pregúntale a tu jefe en qué calidad de reemplazo te está dejando ¿Lo reemplazarás en absolutamente todo y tu voz valdrá como la de él/ella? ¿o quizás te dejará a cargo de tareas menos complejas, para que a su vuelta no tenga tantos pendientes? Mientras más claro tengas tus tareas, mejor podrás organizarte y delegar a tus compañeros.
Durante este tiempo estarás a cargo de personas que usualmente son tus compañeros o incluso amigos cercanos. Tendrás que aprender a ser asertivo/a, delegar tareas de forma justa, no entrar en pánico cuando las cosas no salgan como planeabas, tomar decisiones inteligentes y escuchar a los demás. No es sencillo aprender a hacerlo, pero estos días o semanas te servirán de práctica.
Está de más decirlo, pero de todas formas te dejamos un recordatorio: no los trates como inferiores, porque la jerarquía no se trata de eso. Escucha a tus colegas con atención y delega de forma justa. Si tienes alguna diferencia de opiniones, resuélvelo de forma calmada y no te “aproveches” de tu posición. Además de verse poco profesional y ser injusto, en tu caso es una posición temporal que podría indicarle a los líderes de tu organización que no tienes pasta de jefe (y a tus compañeros que no pueden confiar en ti).
Lo ideal sería no hablarle para nada, pero siempre pueden acordar hablar en caso de emergencia (es importante definir qué es una emergencia y qué no). Confía en tus capacidades: te escogieron para quedarte a cargo por una razón.
No siempre tendremos todo el conocimiento necesario para trabajar tan bien como nuestro jefe y eso está bien. Aprovecha esta oportunidad para brillar y que los altos mandos de tu empresa, o parte de la jerarquía con la que no siempre hablas, puedan ver lo bien que trabajas y la motivación que te mueve.
Haz que la vuelta de tu jefe sea lo más sencilla posible con un reporte de los problemas resueltos, los pendientes más importantes y cualquier otro tema que sea relevante. Escribe este reporte de forma clara y enviáselo a tu jefe para que pueda revisarlo durante la mañana de su primer día, o, si crees que es mejor idea, un día antes de que vuelva.
¡Toda la suerte! Recuerda que lo importante es dar tu 100% y aprender lo que más puedas durante este proceso.