De seguro llegaste aquí preguntándote qué son los OKR y por qué son relevantes en el caso del teletrabajo.
Los OKR, de sus siglas en inglés Objective Key Results, hacen referencia a tareas y metas a completar que están conectadas con los KPI de la organización y que además pueden ser planificadas en el tiempo y medidas una vez acabado el periodo.
Es relevante especialmente para esta época de teletrabajo porque cada OKR está en línea con una meta más grande, ayudándonos a desglosar proyectos grandes en tareas pequeñas diarias o semanales.
Más importante aún es que ayuda a medir los avances de forma tangible y cambiar la perspectiva de lo que entendemos por “productividad”.
Usar OKR especialmente mientras nos acostumbramos a la realidad del teletrabajo es una excelente idea porque…
Para que puedas implementarlos de forma correcta, presta atención a las características que deben tener:
Los más sencillo es que las empresas los implementen de forma anual y trimestral, justamente cuando se plantean objetivos comerciales o de producción. De esa manera, se puede generar un mapa a seguir con un objetivo anual y 2 a 3 objetivos trimestrales que están directamente relacionados con esa meta más grande.
Es muy importante determinar espacios donde se hablará del avance en estas tareas, idealmente en reuniones con los trabajadores. Lo anterior le entrega feedback al supervisor respecto de qué tan factible es cumplir los objetivos propuestos y lo alerta en caso de necesitar realizar cambios oportunos.
El ciclo de vida ideal de los OKR es un trimestre, donde cada trimestre es dividido en tres partes:
De esa forma, siempre estás evaluando el avance de las tareas asignadas y la relevancia de tus metas según el contexto en el que estés.
Usar los OKR permite tener una forma concreta de medir el avance propio, el de tus trabajadores y también el de tu empresa. Al ser tangibles, es fácil asignar números o porcentajes.
Además, cambia el foco de “horas trabajadas” a “metas completadas” lo que permite transformar la manera en la que se entiende el compromiso dentro de las empresas. Al mismo tiempo, hace posible que los supervisores logren un seguimiento efectivo de los avances y puedan acercarse más a sus equipo a través de las reuniones que deberá tener para medir el progreso.
Finalmente, le da un espacio a los trabajadores para desafiarse a sí mismos a cumplir sus nuevas metas y OKRs, sabiendo que más que las horas trabajadas, lo que importa son la calidad de sus resultados.