Grupo Colchagua es una empresa con más de diez años en Servicios Transitorios y Outsourcing, dedicada a apoyar a distintas organizaciones en la contratación y gestión de talentos. Su operación en varias regiones del país exige una administración ágil y ordenada.
Este escenario hacía evidente la necesidad de centralizar información, reducir tareas manuales y asegurar mayor precisión en los procesos diarios. Con una operación en crecimiento y equipos distribuidos, avanzar hacia un modelo digital se volvió imprescindible.
Antes de digitalizar su operación, la gestión de personas estaba marcada por la dispersión y por el uso de herramientas manuales. La información se encontraba repartida en planillas, documentos impresos y sistemas que no conversaban entre sí, lo que exigía un esfuerzo considerable para lograr cierres oportunos y cálculos precisos.
El equipo de Recursos Humanos debía destinar entre cuatro y cinco días al cierre de nómina, incluso con horas extra, debido a la cantidad de ajustes manuales y validaciones que implicaba el proceso.
La firma de documentos también representaba un cuello de botella, ya que podía tardar entre dos y tres días en completarse por la coordinación con los firmantes. A esto se sumaba el riesgo de errores en las cargas manuales de asistencia, contratos y fichas, lo que afectaba la exactitud final de los datos.
Este escenario generaba una doble presión, avanzar con rapidez sin poner en riesgo la confiabilidad del cálculo final.
Los problemas no solo retrasaban tareas operativas, también limitaban la capacidad del área de enfocarse en funciones estratégicas:
Para transformar su operación, Grupo Colchagua unificó toda la información a pago de los más de 1.500 trabajador en una sola plataforma: Talana, dejando atrás los procesos manuales y los flujos dependientes del papel.
La implementación se centró en tres pilares clave:
Los efectos de la digitalización fueron inmediatos y medibles, con mejoras en toda la cadena de gestión:
Estos avances permitieron liberar tiempo del equipo, mejorar el control operativo y fortalecer la precisión de los datos críticos para la toma de decisiones.
Centralizar la información y automatizar los flujos clave permitió que el área de personas pasara de una operación reactiva a una gestión más estratégica, con impacto directo en la productividad y en la calidad del servicio interno.