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Match cultural vs habilidades técnicas: ¿qué pesa más al contratar?

Escrito por Óscar Esquivel | 29-12-2025 12:00:01

En cada proceso de contratación de talento aparece la misma duda, a veces implícita y otras explícita: ¿conviene priorizar el match cultural o las habilidades técnicas? No es una decisión menor. De ella dependen la adaptación del trabajador, su desempeño laboral, la convivencia con los equipos y, en muchos casos, la retención de talento.

Durante años, la selección de personal estuvo dominada por el currículum y la experiencia previa. Hoy, con mercados más dinámicos y organizaciones en constante cambio, el enfoque se amplía. Recursos humanos ya no evalúa solo lo que una persona sabe hacer, sino también cómo se relaciona, cómo aprende y cómo se integra a la cultura empresarial y a las necesidades de la empresa.

¿Qué entendemos por habilidades técnicas?

Las habilidades técnicas son los conocimientos y competencias específicas que permiten desempeñar un rol. Incluyen dominio de herramientas, metodologías, normativas o incluso lenguajes, según el cargo. Son medibles, enseñables y relativamente fáciles de evaluar dentro del proceso de reclutamiento.

Un trabajador sin el nivel técnico mínimo difícilmente podrá cumplir los objetivos del rol, por muy alineado que esté culturalmente. De hecho, estudios de McKinsey & Company advierten que la brecha de habilidades continuará siendo uno de los grandes desafíos del mercado laboral hacia 2030.

La técnica asegura ejecución y calidad en el corto plazo, pero por sí sola no construye resultados sostenibles. Para que el desempeño se mantenga en el tiempo, es necesario que esas habilidades convivan con un entorno que dé sentido al trabajo y permita al trabajador desarrollarse más allá de la tarea inmediata.

¿Qué es el Match cultural?

Hablar de match cultural no significa buscar personas iguales ni equipos homogéneos. Se trata de evaluar si los valores, expectativas, estilos de trabajo y formas de relacionarse de una persona son coherentes con la cultura organizacional y con el tipo de cultura empresarial que existe en la compañía.

Una buena cultura impacta directamente en el clima laboral, la colaboración y la forma en que los equipos enfrentan los desafíos. Gallup ha demostrado que los equipos con mayor compromiso presentan mejores resultados en productividad, bienestar y permanencia. Ese compromiso se construye desde la identificación con la cultura corporativa, no solo desde el rol técnico.

Cuando el encaje cultural se ignora, aparecen tensiones silenciosas que afectan la employee experience y terminan impactando en el rendimiento colectivo.

¿Qué pesa más según los datos?

Los datos muestran una tendencia clara, las habilidades técnicas siguen siendo relevantes, pero no son el principal factor cuando se proyecta el desempeño en el tiempo. A diferencia de los conocimientos específicos, los valores, los comportamientos y la forma de trabajar no se adquieren con la misma rapidez.

De hecho, el informe de Deloitte muestra que el modelo tradicional de puestos de trabajo está perdiendo vigencia. El 63 % de los ejecutivos afirma que su fuerza laboral ya realiza tareas y proyectos que van más allá de sus descripciones de puesto originales.

En la misma línea, LinkedIn Talent Solutions indica que el 92 % de los líderes de talento considera que las habilidades blandas y el encaje cultural son igual o más importantes que las habilidades técnicas, especialmente cuando se proyecta el desempeño a largo plazo.

Aprender una herramienta suele ser más sencillo que modificar una forma de trabajar o de relacionarse. Por eso, en la evaluación de candidatos, el match cultural aparece de forma consistente como un mejor predictor de desempeño sostenido, compromiso y permanencia, más allá del dominio técnico inicial.

Match cultural vs habilidades técnicas en la contratación

Al momento de contratar, RR.HH. suele enfrentar una tensión recurrente: priorizar el match cultural o las habilidades técnicas. Para tomar una decisión informada, es clave entender cómo impacta cada enfoque en el desempeño, la adaptación y la permanencia del trabajador en la empresa:

Criterio Match cultural Habilidades técnicas
Qué evalúa Alineación con valores, forma de trabajar, estilos de comunicación y propósito de la empresa
Conocimientos específicos, experiencia, dominio de herramientas y competencias funcionales
Impacto en el corto plazo Facilita la adaptación al equipo y al contexto laboral Permite ejecutar tareas y cumplir objetivos desde el inicio
Impacto en el largo plazo Alta influencia en compromiso, permanencia y desarrollo del trabajador Puede volverse obsoleto si no se actualiza o desarrolla
Facilidad de desarrollo Difícil de modificar una vez incorporado el trabajador Más fácil de capacitar y actualizar con formación
Riesgo al priorizarlo en exceso Homogeneidad de pensamiento o sesgos en la selección Buen desempeño técnico con bajo compromiso o conflictos internos
Costo de un mal ajuste Alto: rotación temprana, desgaste del equipo, impacto en clima laboral Medio: curva de aprendizaje más larga o necesidad de capacitación
Cómo se evalúa Entrevistas conductuales, assessment, definición clara de valores culturales Pruebas técnicas, entrevistas funcionales, casos prácticos
Cuándo suele priorizarse Roles de liderazgo, trabajo colaborativo, contextos de cambio Roles altamente especializados o críticos para la operación

 

Esta comparación muestra que no se trata de elegir un extremo, sino de encontrar el equilibrio adecuado según el contexto, el rol y el momento de la empresa. Cuando RR.HH. evalúa de forma consciente tanto la base técnica como el encaje cultural, la contratación deja de ser una apuesta y se transforma en una decisión estratégica, con impacto real en la sostenibilidad del talento y en la experiencia del trabajador.

Pensar la contratación con mirada de futuro

Pensar la contratación con una mirada de futuro implica ir más allá de cubrir una vacante. Desde RR.HH., significa anticipar cómo esa decisión impactará en el desempeño, la cultura y la sostenibilidad del talento en la empresa, considerando no solo lo que el trabajador sabe hacer hoy, sino cómo puede crecer en el tiempo:

  1. Contratar solo desde el currículum y las habilidades técnicas puede resolver una urgencia, pero no siempre asegura una decisión sostenible para la empresa.
  2. Un trabajador puede cumplir técnicamente y, aun así, generar fricciones, desgaste en el equipo o dificultades de adaptación cuando no existe un buen match cultural.
  3. Pensar la contratación de talento con foco en el largo plazo implica priorizar capacidad de aprendizaje, flexibilidad y alineación con la cultura empresarial, más allá del conocimiento inmediato.
  4. Integrar técnica y cultura permite que el trabajador evolucione junto al negocio, mejore su desempeño laboral y aporte valor en distintas etapas.
  5. Cuando la selección de personal se enfoca solo en el corto plazo, aumenta el riesgo de rotación y se debilita la retención de talento.
  6. Una mirada de futuro desde RR.HH. pone el énfasis en la experiencia del trabajador, entendiendo la contratación como una inversión estratégica y no como una respuesta reactiva.

 

El rol de la tecnología al evaluar match cultural y habilidades técnicas

En el debate sobre qué pesa más al contratar, la tecnología se ha transformado en un apoyo concreto para tomar mejores decisiones dentro del proceso de selección. Su valor no está en automatizar la elección, sino en entregar más información y contexto a lo largo de cada etapa del proceso, permitiendo evaluar con mayor equilibrio:

  1. Permite observar al candidato más allá del currículum, integrando evaluaciones prácticas y conversaciones estructuradas que ayudan a identificar al candidato ideal para el rol y la empresa.
  2. Aporta consistencia al reclutamiento y selección, ordenando criterios y reduciendo decisiones basadas solo en intuición o afinidad personal.
  3. Facilita el seguimiento posterior a la contratación, conectando el ingreso con las evaluaciones de desempeño y apoyando el proceso de desarrollarse profesionalmente dentro de la empresa.
  4. Mejora la experiencia del proceso para el postulante, fortaleciendo la percepción de coherencia y transparencia, lo que impacta en la capacidad de retener el talento.
Usada con criterio, la tecnología no define qué pesa más al contratar, pero sí ayuda a poner ambos factores en la balanza correcta. Así, RR.HH. puede tomar decisiones más informadas, coherentes con la cultura y sostenibles en el tiempo.