Durante años, los procesos de selección se construyeron bajo una lógica clara, centrada en los títulos académicos, los años de experiencia y trayectorias similares a las ya existentes dentro de la organización. Sin embargo, el mercado laboral en Chile ha cambiado con rapidez y ese modelo hoy muestra límites evidentes.
En este escenario surge con fuerza el skills-based hiring, una forma de entender el reclutamiento basado en habilidades, más que en credenciales formales o en un título universitario como filtro inicial.
A continuación, revisamos qué implica este enfoque, por qué está ganando terreno en las empresas y cómo puede aplicarse de manera concreta en los procesos de selección.
El skills-based hiring es un enfoque de contratación que prioriza la evaluación de habilidades por sobre el historial académico o la experiencia lineal. La pregunta central deja de ser dónde estudió una persona y pasa a enfocarse en qué sabe hacer, cómo lo aplica y qué tan preparado está para enfrentar los desafíos del rol.
Su relevancia ha ido en aumento porque los criterios tradicionales ya no alcanzan para identificar el talento que las organizaciones necesitan. Un reciente estudio muestra que el 73 % de los profesionales en reclutamiento considera prioritario contratar basándose en habilidades más que en títulos, una señal clara de cómo este enfoque está ganando espacio dentro de la función de talent acquisition y redefiniendo los procesos de selección.
Este giro conecta directamente con la selección por competencias, una práctica que busca medir capacidades técnicas, conductuales y sociales relevantes para el cargo. En lugar de apoyarse solo en antecedentes formales, el proceso pone énfasis en la evaluación de habilidades concretas, tanto duras como soft skills, que inciden de forma directa en el desempeño laboral y en la capacidad de adaptación dentro de la empresa
En Chile, las empresas enfrentan una brecha creciente entre los perfiles disponibles y las habilidades necesarias para operar en entornos cada vez más digitales. Según el Future of Jobs Report del World Economic Forum, muchas de las competencias actuales cambiarán en los próximos años, lo que obliga a replantear el hiring process tradicional.
A esto se suma que una parte importante del talento humano adquiere capacidades fuera de la educación formal. Cursos cortos, certificaciones técnicas, experiencia práctica o aprendizaje autodidacta son hoy vías válidas de desarrollo. Cuando los procesos de reclutamiento siguen centrados exclusivamente en títulos académicos, se profundiza la falta de oportunidades para perfiles con alto potencial.
Un enfoque basado en habilidades exige definir primero qué capacidades son realmente críticas para el rol. Esto permite orientar la entrevista hacia situaciones reales y no hacia descripciones genéricas del pasado laboral. En lugar de preguntar solo por cargos o responsabilidades, se busca comprender cómo la persona resolvió problemas, tomó decisiones y aplicó su conocimiento en escenarios específicos.
Para lograrlo, es clave estructurar la entrevista con foco en evidencias observables, como por ejemplo:
Este tipo de evaluación permite reducir sesgos asociados a los títulos, ampliar el acceso a talento diverso y tomar decisiones de selección más alineadas con el desempeño esperado. Al centrar la conversación en lo que la persona sabe hacer y no solo en dónde estudió, los procesos de selección ganan precisión, coherencia y mayor impacto para el negocio.
Adoptar este hiring approach genera impactos directos en la gestión del talento y en la sostenibilidad de las organizaciones, ya que permite tomar decisiones más informadas, reducir fricciones en los procesos de selección y responder mejor a las exigencias actuales del mercado laboral.
Entre sus principales beneficios se encuentran:
Adoptar un modelo de selección basado en habilidades, alineado con un skills based approach, implica cambiar no solo las herramientas, sino también la forma en que se diseña y ejecuta el proceso de selección.
Los principales desafíos suelen ser:
Aplicar el reclutamiento basado en habilidades implica traducir el concepto en decisiones concretas a lo largo del proceso de selección y en la gestión posterior del talento. El primer paso es revisar los perfiles de cargo y definir qué competencias son realmente críticas, eliminando exigencias heredadas que ya no responden al contexto actual.
Para llevar este enfoque a la práctica, conviene:
De esta forma, la selección por competencias permite observar habilidades en acción, mejora el ajuste entre personas y roles y reduce la rotación temprana.